martes, 25 de octubre de 2016

Mosquitos de otoño

Está visto que esta bitácora, o lo que sea, útimamente tiene un interés inusual por los insectos alados. Tanto es así que me he planteado rebautizar el blog como abeja mutante, libélula atómica o cosa similar.

Bromas aparte: igual que hace unas semanas constataba el comportamiento errático de las avispas, ahora son los mosquitos el objeto de mi observación.  Los mosquitos me quieren mucho. Tanto es así que generalmente sólo me pican a mí en esta casa. Será por mi sangre de calidad extra. O porque saben de mi amor de décadas por el Reino Animal, incluidos los humildes invertebrados. El caso es que este año ha sido particularmente feroz en cuanto a las tomas alimenticias de estos entrañables nematóceros. Hasta hace unos días mis carnes fofisanas fueron víctimas de la voracidad de estas pequeñas criaturas del Señor. 

Lo cierto  es que entre mis fobias invertebradas siempre han ocupado un lugar de honor tanto avispas como mosquitos. Un frecuente motivo de discusión con mi santa suele ser mi afán de dejar vivir a los arácnidos de mi casa, como insecticidas naturales que son.

Pues bien, cual no sería mi sorpresa cuando anoche, cuando no dormía, topé, ¡ bendita visión! con un mosquito de buen porte en el techo del salón. De hecho la rima me ha llevado a ubicarle en el noble salón. La realidad es más prosaica: apareció en el cuarto de baño. A pesar de mi enemistad con estos delgados dípteros (no es nada personal; ellas -sí, las que pican son las hembras, como en tantas especies- ellas, repito, tienen que alimentarse. Si no es de mi A+ gran reserva, buscarán de otra presa). Yendo al grano (nunca mejor dicho), anoche lo normal hubiese sido acabar con la vida de semejante invasor con un certero zapatillazo o con otros medios expeditivos. Pero no pude. 

En estos momentos de mi vida puedo afirmar, con total conocimiento de causa y en pleno uso de mis facultades mentales (sarcasmo modo ON) que soy incapaz de matar un ser vivo, aunque sea un "insignificante" mosquito. No es cobardía, pusilanimidad o miedo a eliminar a un antepasado reencarnado. Al fin y al cabo, ¿qué somos nosotros, primates evolucionados? ¿elegidos de Dios para liderar la Creación? En el orden cósmico no dejamos de ser unos mosquitos sobrevalorados. En este sentido, sin abandonar la verdadera Fé cristiana, cada día estoy más cerca de esos jainistas  (1) que, como explicaba mi añorada Carmen Ormaechea (2) , con el fin de no tragar insectos, al andar llevaban un velo delante de la cara. 

Así que decidí dejar a la madre naturaleza el destino del insecto. Y a su brazo ejecutor, mi gato de guardia (y abro paréntesis: no deja de ser curioso que las únicas mascotas veganas sean los conejos, las cobayas, hamster y otros roedores. Perros, gatos, hurones...son cazadores y carnívoros. Mis gatos, esos asesinos adorables y tiernos. Pero depredadores, al fin y al cabo (3) ) 

De este modo mi pequeño felino hizo lo que el instinto y Dios mismo le han enseñado a hacer: cazar y jugar con la presa. Una presa no comestible, por otra parte (en su dieta mi gato mayor tiene insectos recién cazados, pero está visto que los mosquitos no son de su gusto. Y no se lo recrimino, demasiada ala y poca chicha).

En fin, que el mosquito, bien porque llegó su hora, bien por las buenas artes felinas, yace moribundo en el suelo de la cocina. Aún aletea. Y me pregunto qué hacer, si barrerle, o como otras veces he hecho, recogerle y entregarle a la calle, a sus depredadores naturales o a los carroñeros del mundo invertebrado. En cualquier caso, un suceso aparentemente tan nimio, enmarcado en mis últimas reflexiones, tiene un sentido, y me ha hecho aprender, o re-aprender una lección. Nada es insignificante para el orden natural, todo tiene su sentido, desde el más infimo microorganismo hasta la nave de Galactus si tal cosa existiese. 

¿El qué, o el cómo?. Pues que cada uno lo interprete como Dios le de a entender. Yo estoy demasiado apagado, demasiado cansado, demasiado perdido y triste por todo lo que me ha sucedido en este maldito 2016 que Satán se lleve para siempre. 

Además, no me pagan por escribir. Ni por nada. Así que así se queda. Como ese mosquito que no sabe para qué ha vivido, de qué han servido sus picaduras en el orden cósmico, que no sabe nada ni de hinduismo, ni de budismo, ni de jainismo. Y al que ahora mismo, si aún agoniza, todo eso le da lo mismo,

(1) "...Para el jainismo el universo es una totalidad viviente; todo ser posee alma, más o menos compleja, diáfana o pesada. Desde la tierra o el viento, a los insectos o los mamíferos, todos los seres reflejan el unievrso y son dignos de respeto. Una concepción del mundo muy próxima al Panteísmo. " Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Jainismo .

(2) Carmen García-Ormaechea, estudiosa del Arte Oriental. Me dio clases de Hª del Arte Indio y de Extremo Oriente en la UCM. Unas clases plenas de emoción y poesía. Todavía recuerdo su definición de una Stambha como un "pararrayos cósmico"

 (3) No quiero, como casi vegetariano que soy, abrir ningún debate con mis amigos veganos y/o animalistas, a los que respeto. Pero muchas veces mis reservas a apoyar abiertamente a movimientos animalistas viene n del carácter talibán e intransigente de muchos de sus integrantes, y otras veces de mi propio amor a los animales y la naturaleza, un amor que viene de mi infancia y mis correrías por los campos de Castilla, un amor educado  en los programas de Félix Rodríguez de la Fuente- ese mismo Félix que como le gusta recordar a Íker Jiménez, criticaban y atacaban muchos que ahora le han tomado por bandera- Hay ecologistas que no son ecologetas/progres/politizados, y hay animalistas que de verdad aman a los animales, a la naturaleza y las personas. Pero lamentablemente también hay mucha pose y mucho politiqueo. En fin. Un amigo mío hablaba de "Mascotistas".Algún día preguntaré a mis amigos veganos animalistas dónde está el límite, si una cucaracha o un gusano no merecen respeto y vivir en paz, por ejemplo. A mi no me gusta decir que soy animalista. Como mucho, vertebradista, o mamiferista. 

Imagen: http://historyofarchitecture.weebly.com/



No hay comentarios:

Publicar un comentario


Contribuyentes