jueves, 22 de enero de 2015

Todo un personaje (Lamento Fúnebre. In Memoriam Nacho M.C )

“¿de qué os reís, capullos? “ (I.M.C, marzo de 1986, Niza, France)


Mi corazón se encogió al conocer la noticia. Parece ser que en Febrero de 2013 fallecía, en circunstancias que aún desconozco, un viejo compañero de estudios en la Escuela de Magisterio y de farras diversas (discotecas “universitarias”, viaje de fin de carrera por el sur de Francia y parte de Italia)

Todo un personaje. La caprichosa `parca cierto es que no es la primera vez que me sorprende con su demoledor zarpazo. Tampoco es la primera vez que los dioses se llevan antes de tiempo a algún familiar o amigo. Pero hay algo en esta pérdida que me resulta particularmente desasosegante.

Los jóvenes mueren en accidentes o por enfermedades terribles y estadísticamente hablando, irrelevantes. Cuando alguien muere a partir de los 40 y muchos de infarto u otras causas , te das cuenta en toda su crudeza de que la vida son cuatro días. Y de que algunos ya estamos en el segundo (o el tercero).

Nacho, parafraseando a Reverte, quizá no fuese el más piadoso ni el más honesto. Ni siquiera el más valiente. Pero era un buen amigo.

En la Escuela de Formación del Profesorado de E.G.B. “Pablo Montesino” los varones constituíamos una minoría muy minoritaria, valga la rebuznancia, frente a las féminas. Eso contribuyó a que entre nosotros se forjase una extraña solidaridad y amistad basada , como todas las minorías que en el mundo han sido, en la defensa frente a la mayoría y el “hecho diferencial”. Pero también compartíamos una profunda camaradería, un sentido del humor bastante aguzado (que hacía que se nos considerase genios o gamberros, según) y un juvenil hambre de vivir propio de la adolescencia y la juventud.

Fueron muchas las tontadas que se nos ocurrieron en aquellos fecundos años: desde las bromas y gracietas que sorprendían, exasperaban o hacían sonreir a profesores y compañeras (como la bobada aquella de ir los 12 tíos de amarillo un día y sentarnos en el mismo banco, cual hinchada canarinha) hasta los sucesivos grupos que se nos iban ocurriendo como seña de identidad juvenil: aquel surrealista “Frente Gargamel” que intentaba emular a Gomaespuma o les Luthiers en los festivales de Navidad de la Escuela (aquella parodia de la Clave, con película incluída de los “Guobasters”, y los cafres disfrazados de cazafantasmas corriendo entre filas de butacas) a esos mods plasticazos llamados “Los Malos” (¿Vais de boda? –No, es que somos los mod, somos los mod, somoslos somoslos somos los mods)

Por no hablar de la risión del “Equipo A” versión cañí. Nacho era M.A., y el menda el loco Murdock. “cállate ya, loco”. Fiestas pro-viaje fin de curso, aventuras varias, algunas propias de película de Tony Leblanc (aquel SIMO ) , o el propio viaje fin de carrera. Cuando “Miss Clase” llevaba botines y la luna brillaba como nunca en el paseo marítimo de Niza. O cuando el mundo parecía hundirse bajo mis pies (por primera pero no última vez ) en las calles de Roma.

Un compañero y un personaje. Tras la diplomatura, seguimos caminos divergentes: algunos seguimos estudiando (en la Facultad de Geografía e Historia, por ejemplo), otros emprendieron rutas distintas. Durante años perdimos el contacto y lo volvíamos a encontrar (como cuando empezaste a dirigir un intercambiador de Madrid) . En los últimos años, sabíamos de ti, aunque poco, por el invento de las redes sociales. Hasta que, nuevamente, la vida es así, fuimos paulatinamente dejando de saber los unos de los otros. Hasta ayer. Al confirmar la noticia, no pude evitar las lágrimas. Como en la canción de los Beatles, lágrimas por el compañero perdido, por no habernos despedido, y también lágrimas por mí. Igual que cuando tus compañeros, amigos y sobrinos empiezan a ser padres te das cuenta de que, a pesar de todo, ya eres un adulto en caída libre hacia la vejez, la muerte de alguien de tu generación por causas aparentemente “naturales” te recuerda la cita en Samarra con la que a todos nos ha de llevar.

Nacho M.C, siempre te llevaremos en el recuerdo. Porque, como decía el poeta,


“…Aunque nada pueda hacer
volver la hora del esplendor en la hierba,
de la gloria en las flores,
no debemos afligirnos
porqué la belleza subsiste siempre en el recuerdo(…) “



Hasta siempre, amigo.
 












lunes, 5 de enero de 2015

Carta abierta a SS.MM de Oriente

Queridos Reyes Magos:

No me atrevo a decir que he sido un niño bueno este año. Eso sería no sé si pretencioso o vano por mi parte. He intentado portarme bien con los míos y, humildemente, también con otros prójimos no tan “míos” . Cierto es que también he fallado a otras personas. Pero creo sinceramente que nunca he pretendido hacer daño a ningún humano premeditadamente. Con los no humanos, especialmente los Felis Silvestris Catus, tengo la conciencia más que tranquila.
En cualquier caso, no les pido nada para mí. Bueno, quizá, por qué no, algún detallito celtíbero o medieval como el año pasado: un anillo, o una cruz para el cuello.

Lo que sí quiero es esperanza para mi país castellano y su identidad, borrada casi de la faz de la Tierra por una globalización y  un multiculturalismo mal entendidos y un españolismo torrentiano y jacobino. No me entiendan mal sus altezas, conocen bien mis intenciones. Todas las culturas de este hermoso planeta me parecen respetables y dignas. Y por eso precisamente me gustaría que se preservasen en su variedad y riqueza y no se pierdan en una sopa sin sabor ni matices. Que al menos veamos en este 2015 un atisbo de Esperanza para Castilla en armonía e igualdad con el resto de pueblos ibéricos.

Luego están mis amiguitos peludos. En concreto uno de mis “niños” que en estos momentos está luchando una dura batalla contra la enfermedad. Traedle salud, buenos Magos del Oriente. Sé que es Ley de la naturaleza que mis gatos vivan menos que yo y que , espero más tarde que pronto, les veré marchar hacia la otra orilla. Pero ahora no, por favor. Ahora no. Este año que se fue creo que ya ha golpeado a mi familia con creces en lo relativo a salud, dinero y amor. Aún nos queda Amor, pero amenazado constantemente por los jinetes del Apocalipsis de la Pobreza, el desánimo, la falta de futuro y la difícil convivencia.

Esta noche volveremos a acostarnos como niños ilusionados esperando que algunos de nuestros deseos se hagan realidad.
Muchas gracias por seguir ahí, resistiendo frente a las modas foráneas, Papá Noel y la tontería humana.

Suyo atentamente,
Vicente

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