martes, 17 de septiembre de 2013

De Madrid 2020, el Cosmopaletismo galopante y una relaxing dosis de justicia poética

He tardado días, a fe mía, en escribir esta entrada. No quería hacer leña del árbol caído, aunque ese árbol fuese una candidatura olímpica encabezada por quienes defienden un modelo de Madrid que yo aborrezco visceralmente.

De entrada: yo no quería los Juegos. Hay quien defiende que hubiesen sido buenos para reactivar la economía madrileña.  Otros pensamos que los únicos beneficiados hubiesen sido determinados amigos de la facción PPera de la Casta. En el mejor de los casos, hubiera supuesto un parche, “pan para hoy, hambre para mañana”. Mucho hambre para mañana, en forma de más endeudamiento público y recortes.
 
Pero bueno, para ver las objeciones económico-sociales ya hay páginas y foros enteros (sinceramente, no sé de dónde sacaron que el 91% de españoles apoyábamos los JJOO). 
 
Por lo que a mi respecta, todas las candidaturas olímpicas madrileñas hasta el momento han sido fiel reflejo de la situación que sufrimos los pocos madrileños concienciados con lo que somos y de dónde venimos. Y me atrevería a incluir que sufrimos los madrileños que aún no hemos sido lobotomizados por la estupidez de masas promovida desde los poderes públicos. 

 
Y esta situación que sufrimos se puede resumir en un palabro: COSMOPALETISMO.
Sí, ese es el neologismo que mejor refleja la manera de actuar de nuestros gobernantes y la de miles de paisanos. 
 
Así, lo que vimos en Buenos Aires fue la quintaesencia del cosmopaletismo institucional.
En este blog hemos hablado repetidas veces de este mal endémico típicamente español, que en Castilla, y sobre todo en Madrid, tiene su principal exponente. Desprecio por las propias raíces, por todo lo que suene a rural, agrario o “paleto”. Pensar que somos los mejores oé oé oé, los más cosmopolitas/ciudadanos del mundo mientras que vivimos aislados de los problemas y realidades que se desarrollan a 60 km de la capital del Reino. Si el día de mañana una tormenta solar acabase con nuestra civilización tecnológica, millones de madrileños habrían de subsistir de ese campo despreciado, de ese campo castellano. Ya de hecho, muchos no lo saben, pero el agua de poblaciones enteras madrileñas depende de provincias limítrofes (y hermanas) como Toledo o Guadalajara. 

 
El cosmopaleto cree firmemente que cualquier manifestación cultural del mundo es respetable, mientras que desprecia y ridiculiza la tradición y folclore de su propia tierra. El cosmopaleto prefiere el idioma inglés, los bailes “étnicos” y esencialmente le va el “buenrrollito” bobalicón.

 
Curiosamente, nuestros especímenes cosmopaletos por una parte presumen de ser ciudadanos del mundo, pero por otro lado tienen a gala un nacionalismo español casposo-torrentiano (yo soy españo, españo, españooo) España de charanga y pandereta, torito de Osborne, tablao y triunfos deportivos. Esa España re-inventada en el s. XX que en el caso de Madrid reniega de su identidad sustituyéndola por un invento cutrespañol que fusiona lo peor del casposismo cañí con una admiración casi religiosa por todo lo que viene de fuera y/o todo lo que huela a “moderno”. 
 
Lo que vimos en Buenos Aires no fue la derrota de una candidatura olímpica, ni el ridículo de una alcaldesa que quiso ir de“guay” y le salió el tiro por la culata. 

 
Lo he escrito aquí otras veces. Aprender idiomas es bueno, viajar, conocer y respetar otras culturas también. Todos somos ciudadanos del mundo, todos habitamos este planeta. Pero nuestra cosmovisión, nuestro idioma, el paisaje en el que hemos jugado y crecido es uno concreto. Como decía Mariano Fuente, tus problemas cotidianos son los de tu ciudad, tu provincia , tu región, tu país, y así sucesivamente. Nadie vota en unas inexistentes elecciones de la ONU. 

 
Dicho todo lo anterior, las cosas van a seguir igual. Aunque se marchase el actual consistorio. Para el PPSOE e IUpyd Madrid sólo es un bastión desde el que defender sus intereses “nacionales. Ni Madrid n los madrileños les importamos en realidad, la prueba está en las candidaturas a las elecciones locales, o en cuántos diputados por Madrid no sólo no son madrileños sino que no hacen nada por su electorado (esto pasa igual en el resto de Castilla. Ojalá fuésemos como EEUU, donde los elegidos velan en primer lugar por sus electores). 

 
Telemadrid y los medios del sistema seguirán “vendiéndonos” el mismo Madrid, estúpido y sin identidad. Los libros de texto de la Comunidad seguirán sesgando una parte esencial de nuestra Historia y esencia. La gente seguirá viviendo en este Madrix (1) Y así será mientras los madrileños no se conciencien de que entre el universo proceloso y la república independiente de su casa hay otras realidades que conforman nuestra ciudad y nuestra provincia. 
 
Por último trascribo las palabras de Eduardo de Prado sobre el uso del idioma inglés en la presentación:

Yo me avergüenzo de los castellanos y de los españoles que exigen a todos hablar en inglés nada más se sale de España. O en todo Organismo oficial. Es de paletos acomplejados. Ellos sí. Eso sí que es humillante, pueblerino, intolerable. Debió hablar Castellano o Español, lengua de 600 millones de hablantes, de España y de Buenos Aires por cierto y oficial de la ONU y en 20 naciones. ¡Ya basta!! Si Rubén Darío y Andrés Bello levantaran la cabeza ¡¡ Dios mío!! Los de la Patria de M de Cervantes hablando todo en inglés en la patria de J.L. Borges. Dios mío, que vergüenza. España anda desnortada, perdida, sin cabeza. España anda sin rumbo. Viva la Lengua Española. ¡¡Señor apiádate de esta España, perdida, desnortada, humillada, sin rumbo!!!. Apiádate de nosotros. Que la Virgen María y el Apóstol Santiago patrón de España, nos ayuden.” (Eduardo de Prado Álvarez, presidente del PCAS Cataluña- PCAT)

1) Véase la entrada “Madrix” de este mismo blog, sobre el Matrix en el que vivimos los madrileños.















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