miércoles, 15 de mayo de 2013

Mi pregón de san Isidro.

Son las fiestas de mi pueblo. San Isidro, el patrón campesino en ésta que algunos creen NuevaLLor  mesetaria.  Madrid, Magerit, Mantua Carpetanorum de mis desvelos. Creo que era Camilo José Cela el que decía que Madrid estaba a medio camino de Navalcarnero y Kansas City.  Yo prefiero pensar que Madrid, con sus millones de habitantes e invitados, sigue siendo un poblachón castellano, que dijo el otro.

En fin, que son las fiestas de mi pueblo. Me resulta difícil disociar esta fecha de un cúmulo de sensaciones y sobre todo, recuerdos.

San Isidro es la pradera, con sus chulapas, sus goyescos, sus rosquillas tontas y listas.

Pero para mi San Isidro es mucho más.

Son los sanIsidros perdidos y que ya no volverán: En los 80, conciertos al aire libre, muchos conciertos. 1984, 1985, 1986… El parque del Oeste, primero, y el Rockódromo de la Casa de Campo, después. 

Radio Futura, Golpes Bajos, los Smiths, La Frontera, Los Elegantes, Glutamato Ye-yé (impagable Iñaki cantando “soy un socio del Atleti” subiendo por la tramoya o encarándose a los punks que arrojaban objetos), Derribos Arias, Ana Curra, Loquillo , la Orquesta Mondragón…olor a fritanga, barbacoa y “maría”, litronas de Mahou en cubos llenos de hielo. César, Lolo, Pilar y las veterinarias…Son las bajadas al centro con Carlos, Angelines y Yolanda.

Y había unos SanIsidros de tradición y folclore. Castizo y castellano. Todos los 15M teníamos una cita con el Nuevo Mester de Juglaría en la Plaza Mayor. 1982, 1986, 1988…Los primeros años con cientos de banderas de Castilla, rojas o moradas, y gritos de “Castilla entera se siente comunera” cuando el NMJ  cantaba el “Canto de Esperanza”. Qué se hizo de todo ese fervor y de la gente que empuñaba esas banderas, a menudo me lo pregunto.

Lo que sí que tengo cada día más meridianamente claro es que las instituciones públicas madrileñas, tanto local como posteriormente autonómica, en los 80, mientras apoyaban manifestaciones “modernas” “posmodernas” o lo que fuese, consintieron y/o apoyaron manifestaciones tradicionales. Incluso con Álvarez del Manzano el Nuevo Mester de Juglaría no faltó a su cita isidril. Luego llegarían los 90, de  gallardones, multiculturalidades y cosmopaletismos, y la vertiente tradicional-rural de nuestra cultura empezó una etapa de marginación y ostracismo. 

De entrada, el Nuevo Mester pasó a estar proscrito en el día grande de la Villa y Corte, y sus conciertos en la plaza mayor fueron eliminados del programa. Si se les preguntase a los responsables de la cosa cultural y lúdico-festiva seguro que nos hablarían de mercado, modernidad o cualquier bobaliconada.

Pero algunos, que ya sabemos más por viejos que por diablos, sabemos que el poder (municipal, autosúyico, etc), no da puntadas sin hilo. Lo que no se ve, no existe. Si Madrid ya no es castellano, porque así lo han decidido los que mandan, pues para qué dar preeminencia a su folclore en las fiestas del pueblo. 

En todo caso, Madrid, como rompeolas de las Españas, puede acoger festejos populares de cualquier región española. Y así, el folclore castellano pasa a ser uno más (más bien uno menos), como las sevillanas, las muñeiras del centro gallego, los bailes de Bollywood o las batukadas que tanto le gustan a las masas convenientemente aborregadas.

Decía cierto ministro de propaganda que una mentira repetida miles de veces se convertía en verdad. Los dirigentes madrileños desde mediados de los 90 se han empeñado en repetir eso de que la identidad de Madrid es que no tenemos identidad. O, como mucho, alguna pincelada castiza, para contentar a los mayores del lugar. Y en esa política de descastellanización y silenciamiento de cualquier seña de identidad anterior al Madrid de verbena y zarzuela hay que inscribir la desaparición de los conciertos del NMJ en San Isidro. Pero, en fin, esto es como predicar en el desierto. A quién le importa todo esto.

Feliz San Isidro os desea un “madrileño viejo”. Viejo y cansado.

(publicado originalmente en este mismo blog hace un año)










2 comentarios:

  1. hombre , lo de poblachón manchego , no jodas ... la mancha queda bastante más al sur ... no repitas este mensaje de Alvarez del Manzano (ese alcalde malagueño qu etuvimos) , que la gente se lo aprende mal ... y nos llaman luego cajtellano-manchegos ... quita ,quita

    ResponderEliminar
  2. A ver, Javier: en primer lugar no he puesto "poblachón manchego", lo he cambiado por "poblachón castellano". Y en segundo, la ocurrencia fue también de algún colega de CJ Cela, no de Álvarez del Madroño ;-P

    ResponderEliminar


Contribuyentes