domingo, 3 de julio de 2011

SIMPLIFICACIONES Y ABSORCIONES (De la Pegaso, el Águila e inventos autonómicos)

A veces se me recrimina que doy mucha importancia a las denominaciones, a llamar al pan pan y al vino, vino. Como bien sabemos, las palabras se corresponden con ideas. Conforman nuestro pensamiento, y por lo tanto, nuestra forma de actuar. Las palabras nunca son inocentes. Que, ¿a qué viene esto? Bien, pensemos en tres metapalabras formadas por 2 palabras cada una: Iveco Pegaso, Aguila Amstel, y Castilla-La Mancha. En los dos primeros casos, se trata de la “unión” de dos empresas, o mejor dicho, la absorción de una (la empresa española) por otra (la foránea; qué curioso). Bien, un poquito de Historia: Pegaso, además de increíble ser mitológico, fue todo un símbolo de la automoción española. Líder en el sector de los camiones durante décadas, empresa 100% española y portaestandarte del INI. Se demostró que el “que inventen ellos” no era un dogma de fe, que las empresas y productos españoles podían competir con los del mundo “civilizado”. Bien, la mítica empresa fue adquirida por la italiana Iveco. En un principio, los dos nombres pervivieron, como “Iveco Pegaso”, hasta que el Pegaso desapareció. Ahora simplemente son camiones Iveco. Durante un tiempo siguieron llevando el logo del caballo alado, luego se suprimió. La “identidad” genuinamente autóctona de la marca desapareció. Cada vez somos menos los que recordamos los camiones que condujera Sancho Gracia. Para no aburrir, lo mismo exactamente ocurrió con las cervezas madrileñas “el Águila”, luego Águila Amstel, ahora sólo Amstel. Otra empresa española absorbida, otro pedazo de nosotros eliminado. Y vayamos ahora al tercer ejemplo: Castilla-La Mancha. Cuando en la transición se trocearon las dos regiones castellanas entre cinco CCAA, a cual más artificial, a Castilla La Nueva le correspondió dividirse en dos, Madrid y Castilla-La Mancha, uniendo al histórico el nombre de la comarca más extensa y rica de la región, la comarca de los molinos, de El Quijote, del queso curado. Lo demás, es historia contemporánea. Y bien, si el gentilicio de esta autonomía es “castellano-manchego”, ¿por qué reiteradamente en medios de comunicación se denomina a TODOS sus habitantes manchegos a secas? ¿Por qué a ciudades como Guadalajara, Cuenca o Toledo se las llama capitales “manchegas”, cuando las únicas capitales manchegas son Ciudad Real y Albacete? En fin, ignorancia, intencionalidad…..o simplificación, comodidad. Y me dirán que, con la que está cayendo, no debería preocuparme con estos “ejercicios lingüísticos”. Bien, simplificación no tiene por qué significar absorción. Pero, si alguien con dos nombres niega uno (aunque ese uno incluya al otro), ¿cuánto tardará en dejar de sentirse identificado con ese nombre? No, los nombres no son baladíes, bien lo sabía Malcolm X. Las palabras no son inocentes. Pensad en ello y a quiénes le interesa que Pegaso ya no sea el camión español por excelencia, El Águila una cerveza madrileña o Castilla-La Mancha una comunidad castellana. Y otro día hablaremos del extraño caso de la “taifa castellanoleonesa” y cómo la ley de simplificación lleva a eliminar la conjunción copulativa“y”.

1 comentario:

  1. las palabras son muy importantes. el propio Kant escribió largo y tendido sobre ello.

    Georege Orwell también escribió largo y tendido en "1984" cuando se referia a la neolengua como herramienta de manipulación de la sociedad

    ResponderEliminar


Contribuyentes